La sostenibilidad es un concepto que está adquiriendo cada vez más relevancia en todos los ámbitos. La preocupación por el entorno y las futuras generaciones está generando mecanismos que abogan por dicha sostenibilidad en las empresas, sea cual sea el sector al que pertenezcan. En este caso, trataremos esta sostenibilidad desde la logística.
Algunos datos relevantes
Según un estudio realizado por ESIC, el sector del transporte origina el 10% de las emisiones de CO2 mundiales. Este dato explica la cada vez más regulación en torno a este sector para reducir las emisiones contaminantes.
Por ejemplo, recordemos la nueva norma IMO para el 2020. Como ya tratamos en anteriores posts, su finalidad es la de reducir la contaminación y contribuir a la sostenibilidad y cuidado del medioambiente.
¿Una logística más sostenible?
Como ya definimos en anteriores posts, la logística es una potente herramienta de organización que cumple con el objetivo de reducir los costes y facilitar la toma de decisiones.
La esencia de este concepto reside en la organización y gestión de la cadena de suministro. Pero, ¿cómo se puede optimizar esta actividad para convertirla en una más sostenible?
- – Centralización de las entregas. A través del uso de sistemas de almacenaje se pueden reducir los desplazamientos de los vehículos motor. Además, a través de la organización y control de stock, se pueden anticipar las entregas que se han de realizar para aprovechar al máximo los trayectos que realizan los vehículos. Todo esto contribuirá a reducir las emisiones contaminantes.
- – Uso de drones. Durante los últimos años se han desarrollado y optimizado el uso y manejo de estos sistemas. Pueden ser utilizados para el envío de los paquetes más ligeros, siempre que no se deban trasladar a largas distancias. Esto reducirá las emisiones de CO2 y, como consecuencia, contribuirá a la sostenibilidad.
- – Uso de mini hubs urbanos. Los mini hubs son pequeños almacenes en el corazón de las ciudades que permiten tener stock más cerca de determinadas áreas geográficas. Generalmente, los almacenes se ubican en la periferia de las ciudades. Por lo tanto, al disponer de pequeños locales para el almacenaje de los productos, los trayectos que se han de realizar para su entrega son mucho más cortos, contribuyendo a la reducción de CO2.
La logística y transporte son conceptos que funcionan a la par. Aunque la mayoría de las soluciones propuestas son tendencias que se irán desarrollando de cara al futuro, es imprescindible tenerlas en cuenta. De esta forma, se podrá hacer de la logística un sector sostenible, al mismo tiempo que se aprovechan los recursos disponibles y, por lo tanto, se genera una mayor rentabilidad de la actividad económica.